A medida que ingresamos en la segunda mitad del año, la actividad se está recuperando antes de la COP21 en París este diciembre. China acaba de publicar su "Contribución prevista determinada a nivel nacional" para alcanzar su punto máximo de emisiones de dióxido de carbono alrededor de 2030. Y en junio, seis petróleo y Las grandes empresas del gas (BG Group, BP, Eni, Royal Dutch Shell, Statoil y Total) publicaron una carta conjunta a la ONU y a los gobiernos internacionales para afirmar sus propios compromisos climáticos y hacer un llamado a la acción para garantizar que permanezcamos dentro del umbral de 2°C. Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, respondió con su propia carta abierta para dar la bienvenida a los esfuerzos de la industria del petróleo y el gas y sugerir formas en que pueden apoyar la acción del gobierno.
Independientemente de lo que ofrezca París, el sector de la energía puede hacer progresos inmediatos para impulsar la transición hacia una economía de bajas emisiones. La industria está en una posición única para abordar los contaminantes climáticos de vida corta (carbono negro, metano, ozono troposférico e hidrofluorocarbonos) a través de una mitigación rápida. De hecho, de esta manera se puede evitar un aumento de temperatura de hasta 1°C. Basado en el trabajo de BSR con el Climate and Clean Air Coalition (CCAC), hay tres áreas principales en las que el sector puede avanzar en relación con los contaminantes climáticos de vida corta: