La regulación del metano procedente de combustibles fósiles, una clara victoria para América Latina y el Caribe

by CCAC Secretaría - 12 septiembre, 2024
La regulación del metano de los combustibles fósiles se ha convertido en la máxima prioridad, tanto para frenar el ritmo del calentamiento climático como para reducir el ozono troposférico tóxico, el principal contribuyente a la contaminación del aire, ya que es la segunda fuente más importante de emisiones de metano de origen humano y la más fácil de mitigar.

 

“El metano, un potente gas de efecto invernadero, tiene un efecto de calentamiento 86 veces más fuerte que el CO2 en 20 años, lo que lo convierte en un foco crítico de acción climática. América Latina está liderando con el ejemplo al abordar este desafío urgente”, dijo Juan Bello, Director Regional y representante del PNUMA para América Latina y el Caribe. “Con el Plan de Acción Regional sobre Calidad del Aire 2022-2025, la región se compromete a reducir no solo el metano sino también el carbono negro y otros contaminantes del aire, demostrando que las soluciones están a nuestro alcance y se pueden implementar sin costo neto con la tecnología existente”. 

Los principales países productores de petróleo del mundo están reconociendo esto y están tomando medidas para regular las emisiones de metano de combustibles fósiles, además de incluir la reducción de emisiones como elementos esenciales de sus contribuciones determinadas a nivel nacional. Más del 70% de las medidas de reducción de emisiones de metano de combustibles fósiles pueden implementarse sin costo neto y con la tecnología existente.  

Los países de la región se comprometieron a mejorar la calidad del aire, así como a reducir el carbono, el metano y otros contaminantes atmosféricos, de acuerdo con el Plan de Acción Regional sobre Calidad del Aire 2022-2025, elaborado en el marco de la Red Intergubernamental sobre Contaminación Atmosférica. El Plan se materializó en respuesta a las prioridades establecidas por el Foro de Ministros de Medio Ambiente de la región.

El proyecto de Climate and Clean Air Coalition (CCAC) ha apoyado a países como México y Colombia para regular el metano de los combustibles fósiles, lo que ha catalizado un movimiento creciente en otros países de la región, como Argentina. Las experiencias de estos países han demostrado los elementos clave necesarios para que cualquier proceso regulatorio tenga éxito, entre ellos un liderazgo continuo de alto nivel; un mandato interno claro; un marco analítico y de mejores prácticas sólido; los socios técnicos y financieros adecuados; la participación de la industria; y el apoyo de los actores no gubernamentales.  
 

Como mitigación de los contaminantes climáticos de vida corta (SLCPs) no está estipulado por ningún tratado internacional, la mitigación de contaminantes como el metano proviene de iniciativas voluntarias como la Global Methane Pledge y refleja el reconocimiento por parte de un país de que se pueden obtener muchos beneficios de la mitigación del metano. Esto es diferente de lo que ocurre en los sectores de los residuos y la agricultura, donde las fuentes de emisiones son más difusas y tienen requisitos de financiación más complejos. La acción sobre el metano en la agricultura en la región está siendo liderada por Brasil, que está trabajando en sistemas a nivel nacional para mitigar las emisiones de residuos agrícolas y las de la fermentación entérica. La acción sobre el metano de los residuos orgánicos se está llevando a cabo en todo el continente, con proyectos importantes que demuestran la viabilidad de las medidas de mitigación en Perú, Costa Rica y Argentina.  

El proceso de evaluación y planificación para la mitigación del metano requiere herramientas analíticas complejas y la participación de diversas partes interesadas en las instituciones gubernamentales y el sector privado para recopilar y evaluar los datos necesarios. Sin embargo, la creciente variedad de herramientas y recursos disponibles ha reducido el costo y la complejidad de la regulación del metano de los combustibles fósiles. Entre ellos se incluyen la curva de costo marginal de reducción de la Agencia Internacional de la Energía y la Herramienta de reducción de metano por país (CoMAT) del Grupo de Trabajo sobre Aire Limpio, así como la CCACPrograma de acción de la Hoja de Ruta del Metano de la ONU. Estas herramientas contribuyen a proporcionar a las autoridades reguladoras un marco basado en la ciencia y conjuntos de datos probados a nivel internacional para justificar una acción clara sobre el metano de los combustibles fósiles. CCAC También ha lanzado un Programa de Regulación de Combustibles Fósiles que brinda apoyo personalizado a los gobiernos de los países en desarrollo para el desarrollo de capacidades, marcos regulatorios y cumplimiento.


Más allá de los recursos técnicos, los especialistas en políticas saben que, desde el lado del gobierno, el liderazgo político de alto nivel debe combinarse con la experiencia pertinente dentro de las instituciones gubernamentales y un mandato interno claro para que el proceso regulatorio sea lo más fluido posible. Cuando estos factores se alinearon en México en 2020, cuando el gobierno pudo promulgar regulaciones integrales sobre el metano en menos de un año. En Colombia, la regulación del metano formó parte de un proceso más amplio SLCP La planificación comenzó en 2015, incluso antes de que el sistema NDC se finalizara en París.   

Ambos países también vieron de primera mano lo importante que era hacer que la regulación del metano de los combustibles fósiles fuera un proceso confiable y transparente. Colombia llevó a cabo consultas entre el gobierno y el público, incluso mediante consultas públicas sobre su NDC, mientras que México se benefició enormemente de la participación de ONG y grupos de defensa para crear conciencia sobre la importancia de regular el metano de los combustibles fósiles.  

La AIE y los expertos técnicos que trabajan en la próxima ronda de actualizaciones de las NDC, respectivamente, han aclamado como buenas prácticas el desarrollo de regulaciones para el metano de combustibles fósiles en México y Colombia. Estas historias de éxito fortalecen los argumentos a favor de la regulación del metano de combustibles fósiles y, al mismo tiempo, ayudan a fomentar cambios financieros y legales. Los bancos y los inversores esperan encontrar resiliencia climática y acciones de mitigación en las operaciones que financian, mientras que en países como Ecuador se han dictado sentencias judiciales recientes a favor de mujeres y niñas indígenas cuya salud y medio ambiente se ven afectados por la presencia de quemas de gas en la región amazónica.

Mientras América Latina sigue dando ejemplo, es urgente que otras regiones adopten marcos regulatorios similares. El PNUMA está dispuesto a apoyar estos esfuerzos mediante la colaboración continua y el intercambio de conocimientos.