Breadcrumb
- Inicio
- Noticias y anuncios
- Gestión de residuos ofrece beneficios sociales y ambientales en Costa Rica
Aprender cómo convertir los residuos en un recurso valioso es uno de los desafíos clave para revolucionar nuestros modelos de consumo actuales y lograr reducciones significativas en el metano y el carbono negro, contaminantes que calientan el clima.
Costa Rica – líder mundial en iniciativas de sostenibilidad y signatario del Global Methane Pledge – es un país donde el CCAC está apoyando proyectos de reducción de metano en el sector de residuos. Los residuos orgánicos contribuyen a alrededor del 14% de las emisiones de metano de Costa Rica.
A principios de 2023, Costa Rica completó un importante CCAC-Proyecto apoyado para evaluar la viabilidad de comercializar la recuperación de residuos orgánicos, a través de la cooperación público-privada y la identificación de mecanismos financieros para apoyar la clasificación y el procesamiento de residuos orgánicos a gran escala.
Desde 2017, la CCAC ha estado apoyando al gobierno de Costa Rica para lograr sus objetivos de reducción de metano como parte del Plan Nacional de Descarbonización del país, la NAMA (Acción Nacional Apropiada de Mitigación) 2020 sobre Residuos Sólidos y el Plan Nacional de Compostaje.
Implementado por CCAC Socio Cegesti, el proyecto Acelerar acciones para mejorar la gestión de residuos orgánicos y reducir el metano ha utilizado tres ubicaciones piloto para probar la viabilidad de diferentes modelos de procesamiento de residuos orgánicos.
Los sitios piloto fueron: una planta de compostaje operada por el Municipio de Coto Brus, cuyo objetivo era valorizar el 100% de los residuos orgánicos del municipio; un proyecto de compostaje en el centro penitenciario más grande de Costa Rica que tuvo como objetivo valorizar el 51% de los residuos orgánicos, así como brindar dignidad y reintegración a los presos; y un proyecto de captura de metano en el Parque Tecnológico Ambiental Aczarrí, el vertedero más grande de Costa Rica. Juntos, los tres proyectos tienen el potencial de mitigar las emisiones de metano equivalentes a más de 12 millones de toneladas de dióxido de carbono en 20 años.
La reducción de las emisiones de metano procedentes de los residuos no sólo mitiga el ritmo del cambio climático, sino que también genera beneficios económicos, como la creación de abono local de alta calidad y gas natural comercializable. La reducción del metano también reduce la producción de ozono troposférico, un potente contaminante del aire que daña la salud humana y vegetal.
El proyecto tenía dos objetivos principales: acelerar la implementación de proyectos de mitigación de gas metano mediante el apoyo a estudios de viabilidad y la identificación de fuentes de financiación; e identificar las mejores vías para incentivar la implementación continua de proyectos de mitigación de metano.
Según Daira Gómez, directora ejecutiva de Cegesti, uno de los desafíos clave para los proyectos de mitigación de residuos de metano es lograr una escala lo suficientemente grande como para lograr ganancias significativas en la mitigación de metano y capturar los recursos resultantes en una escala que pueda respaldar la sostenibilidad financiera del proyecto.
El proyecto reveló que un paso más para desarrollar los proyectos de mitigación de metano en Costa Rica radica en establecer los marcos regulatorios para incluir recursos como el biogás y el compost en los mercados existentes. Esta fue una de las experiencias de la empresa que explota el vertedero de Azcarri, que ahora produce su propia electricidad a una escala que le permite inyectarla a la red y obtener ingresos. A plena capacidad el proyecto tendría una capacidad instalada para generar 2.4 MW.
Para el Municipio de Coto Brus, su distancia de la capital y el alto costo del transporte de residuos proporciona un incentivo adicional para gestionar y desviar los residuos orgánicos a nivel local. Hasta ahora, el municipio ha comprado el terreno para construir una planta de tratamiento de residuos orgánicos y ha obtenido las licencias medioambientales necesarias. La implementación completa de la planta permitiría producir más de 1900 toneladas de compost por año, que podría venderse al precio más bajo del mercado actual de 84 dólares por tonelada. También le ahorraría al municipio 140,000 dólares al año en tarifas de transporte de residuos.
En el centro penitenciario, los beneficios climáticos esperados equivalen a más de 700 toneladas de residuos orgánicos al año, lo que equivale a 21,974 toneladas de CO2 en 20 años. Los presos que trabajen en el proyecto también tendrán la oportunidad de reducir sus sentencias y adquirir habilidades laborales.
Los Ministerios de Salud y Medio Ambiente de Costa Rica han expresado entusiasmo por que estos proyectos continúen, pero aún existen desafíos en materia de financiamiento y capacidad. Sin embargo, los resultados de los estudios de viabilidad del proyecto son prometedores en estos frentes. El Instituto de Asistencia Municipal (IFAM), por ejemplo, ya ha manifestado su voluntad de financiar uno de los proyectos y seguir buscando oportunidades para financiar proyectos más prometedores.