Aunque las emisiones de gases de efecto invernadero de Uganda son mínimas (0.010 % de las emisiones globales en 2012), han aumentado un 50 % entre 1990 y 2012. Este aumento se debe en gran medida al rápido crecimiento económico, la industrialización y una flota de vehículos en crecimiento.
Se espera que las emisiones de Uganda continúen aumentando a medida que el país se enfoca en una mayor industrialización de la economía en su Plan Nacional de Desarrollo (NDP3) de cinco años.
La contaminación del aire también está aumentando, especialmente en la ciudad capital, Kampala. Según el Informe sobre la calidad del aire mundial 2018 de Air Visual, Kampala tiene la segunda peor calidad del aire en África en términos de PM2.5 medido. Esto no solo tiene fuertes impactos negativos en la salud de los habitantes de la ciudad, sino que también socava los esfuerzos de Uganda en la mitigación del cambio climático.
Se espera que la reducción de las emisiones de carbono negro, especialmente de los sectores de la industria, el transporte y los desechos, brinde resultados rápidos para el clima, la calidad del aire y la salud de los ciudadanos de Uganda.