El crecimiento de la población, la urbanización, una clase media en aumento, estilos de vida cambiantes y el aumento de la temperatura ambiente impulsan una demanda creciente de productos de refrigeración, aire acondicionado y espuma (RAC&F), un desarrollo que no se puede ignorar por más tiempo. Las aplicaciones de RAC&F son responsables de grandes cantidades de emisiones de CO2 e hidrofluorocarbono (HFC), dos gases de efecto invernadero (GEI) informados bajo la CMNUCC. A medida que aumenta la demanda de refrigeración, las emisiones de GEI, resultantes tanto del consumo de electricidad como del uso de refrigerantes y agentes espumantes con alto potencial de calentamiento global (GWP), también están creciendo rápidamente. Específicamente, los HFC tienen un GWP alto de hasta 4000 CO2eq, que en estos tiempos se utilizan cada vez más como sustitutos para eliminar los hidroclorofluorocarbonos (HCFC), como sustancias que agotan la capa de ozono (SAO) según el Protocolo de Montreal (MP). En la 28.ª Reunión de las Partes (MOP) del MP en octubre de 2016 en Kigali, las partes acordaron reducir gradualmente las emisiones de HFC durante las próximas tres décadas, construyendo así un pilar fundamental para lograr el objetivo final establecido en el Acuerdo de París sobre un año antes Según un análisis de G. Velders et al (2016), la Enmienda de Kigali evitará casi el 90 % del aumento de temperatura que podrían haber causado los HFC. La siguiente guía ayuda a los formuladores de políticas a diseñar estrategias nacionales de mitigación para su sector de RAC&F para cumplir con los crecientes niveles de ambición esperados en las NDC revisadas. Al alinear los esfuerzos realizados bajo los dos regímenes internacionales relevantes, la CMNUCC y el Protocolo de Montreal, el sector de RAC&F puede hacer una contribución significativa para alcanzar el objetivo de 2 °C, o incluso mejor, el objetivo mejorado de 1.5 °C.