Los forzadores climáticos de corta duración (SLCF, por sus siglas en inglés) afectan al clima y, en la mayoría de los casos, son contaminantes del aire. Muchos países ya están elaborando inventarios nacionales y regionales de contaminantes del aire que a menudo incluyen SLCF (IPCC, 2024). Dada la importancia de las emisiones de SLCF para el clima y la disponibilidad de ciencia y técnicas sólidas para estimar las emisiones de SLCF, el IPCC elaborará un Informe metodológico sobre SLCF (IPCC/XLIX-7).
Se ha debatido la inclusión de PM2.5 como especie de SLCF directamente objeto de estudio, pero “no se llegó a un consenso” (véase el Anexo 1). Las especies propuestas son NOx, monóxido de carbono (CO), compuestos orgánicos volátiles no metánicos (COVNM), dióxido de azufre (SO2), amoníaco (NH3), carbono negro y carbono orgánico (BC y OC; ambos componentes de PM2.5) e hidrógeno (H2).
El Grupo de Trabajo I del Sexto Informe de Evaluación del IPCC señaló que los componentes no carbonosos de las partículas primarias tienen efectos tanto directos como indirectos en el sistema climático. Por ejemplo, el polvo mineral puede tener un impacto positivo o negativo en el clima, así como impactos en la criosfera, las interacciones entre aerosoles y nubes y los ecosistemas (Anexo 2). Si no se abordan todas las fuentes primarias de PM2.5 en la orientación del SLCF, no se incluirían importantes fuentes no carbonosas de partículas que afectan al clima, como el polvo de la construcción y el desgaste de los neumáticos y de los frenos de los vehículos, lo que daría lugar a inventarios incompletos e inconsistentes.