El imperativo de reducir el metano de los combustibles fósiles se basa en los hallazgos de la ruta recientemente actualizada de la AIE para limitar el calentamiento global a 1.5 °C para mostrar que, si bien una caída en la demanda de combustibles fósiles reduciría las emisiones de metano, estas reducciones por sí solas no ocurrirían lo suficientemente rápido como para cumplir los objetivos climáticos mundiales.
A fin de limitar el calentamiento a 1.5 °C y reducir el riesgo de cruzar puntos de inflexión climáticos irreversibles, son esenciales medidas adicionales específicas para abordar las emisiones de metano procedentes de la producción y el uso de combustibles fósiles, como eliminar la ventilación y quema rutinarias y reparar las fugas. Según el informe, los esfuerzos decisivos y de gran alcance para reducir las emisiones de metano procedentes de la producción y el uso de combustibles fósiles deben ir de la mano de la descarbonización de nuestros sistemas energéticos para limitar el calentamiento global a 1.5 °C.
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