Este informe considera sensores que están diseñados para la medición de la composición atmosférica en concentraciones ambientales centrándose en contaminantes atmosféricos gaseosos reactivos (CO, NOx, O3, SO2), material particulado (PM) y gases de efecto invernadero CO2 y CH4. Examina aplicaciones de ejemplo en las que potencialmente se puede obtener nueva información científica y técnica mediante el uso de una red de sensores en comparación con observaciones ubicadas más escasamente. El acceso a sensores de bajo costo parece ofrecer nuevas y emocionantes aplicaciones atmosféricas, puede respaldar nuevos servicios y potencialmente facilita la inclusión de una nueva cohorte de usuarios. Según la literatura científica disponible hasta finales de 2017, está claro, sin embargo, que surgen algunas compensaciones cuando se utilizan LCS en lugar de los métodos de referencia existentes. Los dispositivos más pequeños y/o de menor costo tienden a ser menos sensibles, menos precisos y menos específicos químicamente al compuesto o variable de interés. Esto se equilibra con un aumento potencial en la densidad espacial de las mediciones que puede lograr una red de sensores.