La Organización Mundial de la Salud estima que más del 90% de la población mundial está expuesta a niveles peligrosos de contaminación atmosférica local. La contaminación atmosférica es notablemente peor en los países de ingresos bajos y medios, pero el monitoreo de la calidad del aire suele ser escaso. En 2008, la Embajada de los Estados Unidos en Pekín comenzó a tuitear información sobre la calidad del aire cada hora desde un monitor de contaminación recién instalado, lo que mejoró drásticamente la información sobre la calidad del aire disponible para los residentes de Pekín. Desde entonces, Estados Unidos ha instalado más de 50 monitores en todo el mundo y tuitea informes en tiempo real sobre la calidad del aire en esos lugares. Utilizando mediciones espacialmente granulares de la contaminación atmosférica local a partir de datos satelitales que abarcan todo el mundo, los autores emplean la variación en si las embajadas estadounidenses instalaron monitores y cuándo lo hicieron para evaluar el impacto de la información sobre la calidad del aire en la contaminación. Los autores estiman que los monitores de las embajadas condujeron a reducciones en los niveles de concentración de partículas finas en los países anfitriones de 2 a 4 µg/m3. La estimación central de los autores del beneficio monetizado anual de la disminución de la mortalidad prematura debido a esta reducción de la contaminación es de 127 millones de dólares para la ciudad mediana en 2019. Estos hallazgos apuntan a los beneficios sustanciales de mejorar la disponibilidad y la relevancia de la información sobre la calidad del aire en los países de ingresos bajos y medios.